263. Dionisio Gutiérrez: A la justicia como a la suegra, se le respeta

Septiembre 11, 2023
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263. Dionisio Gutiérrez: A la justicia como a la suegra, se le respeta

Editorial del programa Razón de Estado número 263



 

En las guerras, como en las dictaduras, la primera víctima es la verdad. Sin embargo, la verdad también está sufriendo en las democracias debilitadas y degradadas de hoy, donde la mentira, el atropello y la injusticia están a la orden del día.

Aunque dicen que, a la justicia, como a la suegra, no se les puede engañar, América Latina se está llenando de una camarilla de vándalos autoritarios y sinvergüenzas que están convirtiendo a la mayoría de las jóvenes e ilusionadas democracias del continente en basureros y desagües de sus abusos, delitos y corrupción.

Estamos invadidos por una plaga de políticos que operan como los cochinos mal capados; políticos que, moralmente, son unas piltrafas. Políticos que disfrazan la injusticia de verdad, que es la peor forma de justicia; y no se enteran de que la injusticia hecha a uno es una amenaza dirigida a todos.

Estos son los políticos que hoy dominan en América Latina. No entienden la democracia ni la justicia ni la libertad. No saben que la vida de La República depende de que respeten la división de poderes. Su arrogancia y su ignorancia son tan grandes que no les permiten ordenar sujeto, verbo y predicado, y por eso, con sus abusos y sus excesos pretenden regresarnos a los tribunales de la Inquisición.  

Hay momentos en la vida de las naciones, como una grave crisis, un acontecimiento extraordinario o una elección, que pueden cambiar el curso de la historia y definir el destino de una generación.

Por eso, cuando la justica ha sido secuestrada y corrompida por los vándalos, son los ciudadanos quienes no deben permitir las injusticias, o abrirían el camino a todas las que siguen.

Los pueblos que quieren ser naciones respetables y respetadas no pueden tener jueces que se entregan a la corrupción, que venden impunidad o sirven a agendas ideológicas o criminales. 

Administrar Justicia demanda ecuanimidad y rectitud porque su compromiso es la búsqueda de la verdad y se espera que sea imparcial y objetiva.

Y como será difícil que el chancho chifle, toca explicar las cosas en corto y por derecho asumiendo las consecuencias. A la justicia, como a la suegra, se les respeta. Reivindicar el sentido de las leyes, honrar juramentos y cumplir con la palabra que se da, son el único camino a la construcción de Naciones con mayúscula.

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