190. Dionisio Gutiérrez: el único camino que nos hace mejores

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190. Dionisio Gutiérrez: el único camino que nos hace mejores

Editorial del programa Razón de Estado número 190


 

Dicen que la vida es el arte de sacar conclusiones suficientes a partir de datos insuficientes; por eso, aprender es un camino seguro para encontrar la alegría de vivir; y aunque las mejores enseñanzas vendrán siempre del fracaso y la derrota, la formación y el conocimiento abrirán siempre ventanas que darán luz y espacios en los que encontraremos respuestas a las interrogantes que la vida y el tiempo nos van presentando.    

Pitágoras dijo que la educación es templar el alma para las dificultades de la vida.

Platón decía que la educación es el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad; y que ese esfuerzo consiste en orientar la inteligencia hacia el verdadero objeto del conocimiento, que es la comprensión de la idea del Bien.

Y Aristóteles hablaba de que la educación debía formar al hombre libre y al ciudadano responsable como fundamento de la cultura de las naciones y como el camino al desarrollo integral y a la búsqueda de la perfección. 
A la inteligencia hay que despertarla, decían, y esto solo se logra sin prisa, pero sin pausa, pues para desarrollarla es necesario trabajar y asumir los sacrificios que nos producirán las capacidades que cada tiempo demande.

Y vaya si el Siglo XXI nos está enseñando sus filos, sus cortaduras y las heridas que puede producir. Razones de más para enfrentar las sinrazones con razones, valores y conocimiento. 

Es cierto que la educación o incluso el conocimiento no borran la maldad. La historia y el presente nos enseñan que la especie humana puede producir personas capaces de robar, destruir y matar. Por eso, la educación y el conocimiento deben ir siempre acompañados de los valores que hacen digno y respetable al ser humano. Por eso, las emociones también pueden y deben ser inteligentes.

Si bien es cierto que la educación da sanidad al alma y salud al cuerpo, serán siempre los valores los que ofrezcan la luz, el fundamento y la razón para poder llamarnos hombres y mujeres dignos, libres y con derechos para luchar por nuestra vida y por nuestro destino, sabiendo que la condición para lograrlo será siempre el respeto a los demás, a la ley, a la naturaleza y a nosotros mismos.   

Quienes saben, dicen que la educación es evolución; y si es racionalmente conducida nos dará las facultades específicas que necesitamos para aspirar a la perfección, a la formación del carácter, para enfrentar nuestra individualidad y nuestra libertad con responsabilidad y con el fin de conseguir la mayor felicidad posible.

Al final, el desafío debe estar en encontrar la música escondida en la educación porque estamos convencidos de que ésta es la fuente del saber, para la paz, la alegría y el bienestar de los pueblos; el camino para encontrar el equilibrio perfecto entre el saber y el deber; y el único camino que nos hace mejores.   

 

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