114. El consenso suficiente

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114. El consenso suficiente

Editorial del programa Razón de Estado número 114 

 

La naturaleza de las sociedades libres está en la diferencia de opiniones y visiones sobre la solución a los problemas, sobre las formas de aprovechar mejor las oportunidades, sobre los mecanismos para resolver los conflictos. 

El fundamento de las sociedades libres está en ser, vivir y participar de un Estado que garantiza los valores, los derechos y el cumplimiento de obligaciones que son inherentes a una sociedad libre. 

Esto solo es posible si el Estado es democrático, republicano y de derecho. 

Un Estado con estas virtudes solo es posible si tiene instituciones que las facilitan, las garantizan y las protegen.   

La democracia puede y debe ser el punto de encuentro de la sociedad. 

La democracia debe ser un proyecto compartido en permanente construcción y evolución; pero consecuencia de consensos mínimos suficientes para avanzar, resolver y prosperar; con el voto de la mayoría, respetando los derechos de la minoría.  

A pesar del optimismo, que es bueno para la salud, y la esperanza, que es lo último que se debe perder, hoy, somos una nación atrapada en un subdesarrollo político humillante y destructivo. 

Somos una nación dividida, y en muchos espacios, enfrentada. 

Nuestra economía es insuficiente; nuestros números sociales, una vergüenza; nuestro compromiso ciudadano, ausente; las élites, indiferentes. 

No logramos el consenso suficiente para hacer cosas importantes. 

Una democracia liberal y republicana, de instituciones respetables, funcionales e independientes, debe ser un motivo que nos una, aunque seamos diferentes

Los responsables de los poderes del Estado deben encauzar los deseos de cambio de la nación y responder a las expectativas de superación del ciudadano; pero si lejos de eso, profundizan la corrupción política, se burlan del ciudadano y engañan a una sociedad que clama por soluciones y oportunidades, seguiremos perdidos en el laberinto del subdesarrollo y la miseria humana. Seguiremos perdidos en la ambigüedad y la irrelevancia 

Una de las manifestaciones del subdesarrollo político se presenta cuando las instituciones políticas son capturadas por grupos criminales que se organizan en partidos políticos y usan las tablas del poder para el secuestro del Estado. Desaparecen las instituciones de la democracia, el crecimiento económico es imposible y se impone el reino de la impunidad.

En estos primeros pasos de la tercera década del Siglo XXI, nuestra misión es rescatar las Instituciones que forman el Estado, fortalecer los liderazgos en los grupos de jóvenes, la prensa, sector privado, la academia y la sociedad en general. 

Nuestra misión debe ser volver a las bases para construir una democracia republicana de instituciones y de derecho, con un marco de libertades que facilite el crecimiento económico y la creación de oportunidades. 

Ese es el círculo virtuoso de instituciones plurales que protegen los derechos y representan los intereses sociales y económicos de los ciudadanos 

Si vamos a hablar de crecimiento económico de verdad, éste, solo es posible en un ambiente de estabilidad política, certeza jurídica y políticas públicas que lo permiten y lo promueven. 

 

Esto solo es posible si existen instituciones que facilitan, garantizan y protegen la democracia, el Estado de Derecho y la libertad. 



 

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